lunes, 16 de septiembre de 2013


Es que hay un punto en que todos nos podríamos reducir a uno solo, pero como andamos en la periferia del punto, rebotando entre lugarcito y lugarcito, solo a veces caemos en almohadones a los cuales ya le hemos dejado la marca del culo, y solo a veces, parece hecho para nosotros y viceversa.
La idea es ser el punto en si mismo, cueste lo que cueste, cuando seamos punto seremos mas que infinito, trascender concepto, quizás hasta seamos menos que la nada, y ya no vamos a poder volver y explicar dónde estaba el punto, capaz no quiera.
Tenés alguna idea de haber sido el punto alguna vez?
Tengo idea, tengo sensaciones de no persona, de anti movimiento, de contra acordado. Ser punto, por ahora es dar latidos. diarios. Ahora son diarios, y no late a un compas, es absolutamente arrítmico, siendo aún asi del silencio más profundo. A veces late una vez al mes, pero ahora late 5 o 6 veces al día, a veces más a veces menos. El latido tiene una duración... a ver, se prolonga el punto, en el tiempo.
"ya no voy a poder volver y explicar dónde estaba el punto" 
En el punto el lenguaje se vuelve pobre, no hay palabras adecuadas, ni siquiera aproximadas para describirlo. Sería como si las palabras, en el mejor de los casos, se acercaran al punto a tal velocidad que pudieran expandir a lo sumo algo de su perfume, dejando una estela, o una onda descascarada a un nivel casi imperceptible vestigios casi intangibles, y con eso, nos alcanzara para sospechar que el punto existe; pues no bastaría que las palabras no bastaran, tendría que ocurrir con ellas algo así.

Fuera del punto, las palabras son balas q nunca darán en el blanco, pero q por su trayectoria nos harán saber que algo, o nada allí existe.

El punto es la línea mirada de frente, y a veces por los ojos solamente vemos.
Todo es sonido, sonido es todo lo envolvente, aunque bueno, quizá eso sea todo. Todo lo periférico al punto, al supuesto punto. 
Dudamos de  tener consciencia de  ser envueltos, cuando algo envuelve, los espacios que nos diferencian van disolviéndose, como cuando alguien te abraza.

Presenciar el movimiento sin estar moviéndose, es una cosa y lo que se siente mareado por ser el trayecto y la velocidad y sus reacciones es otra.

Cuando soy dentro, no hay mareos.

Cuando estamos muy "hechos" creemos en diferentes verdades y vemos todo desde una perspectiva personal, lo que nos re-dibuja la realidad, la "verdad" de una forma muy circunstancial, y la cual creemos sin mayores protestas.
Creemos en nuestras opiniones de manera desmedida. 

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