En medio de la noche el día desparrama destellos como si fuera posible contenerlos, los pies absorben maravillas, y destiñendo. Quizás las ratas del tiempo huyeron y la estela observe al observador, y la memoria sea un espacio de juego donde el movimiento aún existe y persiste en persuadirnos que existimos cuando no. En los pies de nuevo la duda del sueño certero de que estoy convencida de que sé y puedo volar.En un negro tinto la tentación espera a ser atendida, mientras los ojos infinitos enfocan menos lo que antes era mucho más.
Me
quedo inquieta ante tus agujeros, me hacen cuestionarme el equipaje y la disposición.
Sé que quiero estar un poco aquí un poco quieta en un pedazo construyendo; la
luz sigue soplando mundo y dentro respiro.
Aún estoy
dormida mientras aprieto la boca en la espalada y 2cm de viento y cuchillas
afilan la superficie que me separa del resto de nuestro yo.
No
quiero entenderte ni entenderme, y menos me interesa conocerme, sino mas bien
dejarme abandonada para poder desinflar el traje y encontrarme con los pulmones
del infinito.
En el
suelo sobran formas, segundos de personas que construimos con nuestro contraste.
Ciega la esperanza de un cerebro alimenticio; hambrientos los ventanales que
separan las intensiones de los animales buenos y entregados.
Veo que
he sido prudente y rayada, y he sido imprudente al hablar, mientras la
inocencia en parte crece donde planté sin saber plantar. Recuerdo tener razones
para ser parecida, haberme vestido de 1 sólo fracaso y olvidarme de haberlo
hecho, para casi conformarme con el solo traje.
Dejo
pasar algunas velocidades con el rabillo del ojo, mientras descubro el idioma
de silenciosas tierras. Las canciones coagulan ideas que les deseo vuelvan al
torrente de la vida. No necesitamos ser quienes fuimos, ni siquiera ser, ni
seremos. Serenos.
El
pasado se pronuncia en un silencio casi visual, y la película de la mente
invade realidad con ideas que invaden entrenados. Monótonas imágenes de
palabras que bombean a diario hacia nuestra distraída atención. Por estos lados
los dormidos son los más despiertos, pues es importante olvidarse del verdadero
poder para necesitar ser poderosos. Yo creo que no hay como aprender mirando a
quien sabe amar, y dejarse.
Pequeños
nuditos en mis labios son atestiguados.
Mala la
sangre que no vuela, el pez que no camina, es pez.
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